
Los recursos humanos en la empresa, en más ocasiones de las deseadas, se tratan de recursos casi humanos, ya que poco de humanidad muestran. ¿Pero ha sido siempre así?
Si le interesa conocer de donde provienen los recursos humanos empresariales y cómo han evolucionado, continúe leyendo.
¿Qué son los RRHH?
En el ámbito laboral, la expresión “Recursos humanos” tiene dos significados.
Por un lado, es el término que se utiliza para designar al conjunto de trabajadores de una empresa, es decir son todas las personas con las que cuenta una organización para realizar el trabajo.
Por otro lado, se refiere al departamento de la empresa o a la persona responsable de la gestión de estos trabajadores. En el artículo presente nos referiremos a este último significado.
La mayoría de las personas han tenido, alguna vez en sus vidas, relación con los Recursos Humanos. Ya sea porque han realizado una entrevista de trabajo o porque han trabajado para alguna empresa.
Y esto es porque los Recursos Humanos son los encargados, dentro de una empresa, del proceso de gestión de selección de personal, de contratación, de formación y de empleo.
Los Recursos Humanos son los encargados del proceso de gestión de selección de personal, de contratación, de formación y de empleo
Es decir, RRHH es la persona de la empresa o el departamento que tiene como función hacer las entrevistas de trabajo, contratar y gestionar el salario y las nóminas de los trabajadores.
Asimismo, también se encarga de la formación de los empleados y de la organización, en algunos casos, del trabajo en cada departamento.
¿Cuál es la función de los RRHH?
Las funciones principales de los RRHH son: reclutamiento, selección, contratación, capacitación, administración y/o gestión del personal de una empresa.
Esto ocasiona que este departamento esté en contacto con cada trabajador desde el momento de la entrevista de trabajo hasta su posterior contratación, ya que se encargará de la gestión de su salario y nómina.
Un poquito de historia
En la antigüedad el concepto de empresa era inexistente. El trabajo que se realizaba hasta la Edad Media era prácticamente artesanal y destinado a satisfacer las necesidades básicas individuales o de la población.
En la antigüedad el concepto de empresa era inexistente
Básicamente, las tareas realizadas por los trabajadores eran en régimen de dependencia de los señores feudales. En este contexto surgen unos primeros sistemas que darían lugar al concepto de empresa que actualmente conocemos.
Se trataba de pequeñas organizaciones dedicadas a realizar actividades de carácter artesanal o comercial. Su creación fue impulsada por el nacimiento de las ciudades, en las que se concentraban núcleos de población más susceptibles a la demanda de los productos.
La organización de trabajo era simple ya que la tarea de dirección y de producción la realizaba, habitualmente, la misma persona.
Este tipo de sistemas se fueron desarrollando lentamente sin que su estructura sufriera apenas cambios. El gran salto sucede a raíz de la Revolución Industrial, la que, debido a las nuevas tecnologías que emergieron, provoca un desarrollo en la producción a gran escala.
En este momento surge el concepto de producción en masa, procedimiento por el cual se conseguía una gran cantidad de productos a través del trabajo de varias máquinas que sustituían en gran medida la mano de obra de trabajadores.
Por todo ello, se hacen necesarios la especialización, la división de los trabajos y el trabajo en cadena. Se crea la necesidad de organizar el proceso productivo y, en consecuencia, el trabajo.
Esta necesidad hace que algunos teóricos planteen sistemas de organización laboral efectiva. El teórico Taylor planteó las primeras teorías sobre la organización del trabajo desde estudios en industrias americanas.
Asimismo, surgieron numerosas teorías sobre la motivación laboral, que se concibe como la clave del rendimiento de los trabajadores.
Así, no solo era necesario coordinar el trabajo, sino organizarlo de modo en el que todos los trabajadores estuviesen motivados y rindiesen más eficazmente.
El término “Recursos Humanos” utilizado para referirse a la gestión del personal no surge, por tanto, de modo aleatorio.
A pesar de que se plantea por primera vez en el año 1893 de la mano del economista John R. Commons, no se popularizó hasta mediados del siglo XX, en pleno apogeo de la teorización motivacional y funcional de la empresa.
El término “Recursos Humanos” se popularizó a mediados del siglo XX
El economista E. Wight Bakke rescata el término en un informe en 1958 en el que enmarca a las empresas como sistemas activos a través de la involucración del personal de diferentes departamentos de trabajo y funciones divididas que se coordinan de manera efectiva con el fin de lograr hacer usos de sus recursos como un todo.
Con el término “Recursos Humanos” se pretendía aunar los conceptos de organización efectiva del trabajo y calidad, no solo ésta entendida como calidad en el producto, sino también en el bienestar de los trabajadores.
De este modo, se crea un área empresarial capaz no sólo de coordinar el trabajo, sino de atender a las necesidades más humanas de los trabajadores y así evitar malentendidos entre empleador y empleado.
De la teoría a la práctica
Son muchas las empresas que realizan una excelente gestión de RRHH, departamento o persona que no sólo coordina, forma y gestiona, sino que sirve de referente ante los problemas de los trabajadores con la empresa.
Pero, por desventura, no siempre es así. Con el paso del tiempo en muchas empresas el departamento de RRHH ha pasado a convertirse en un departamento de contabilidad con alguna que otra tarea añadida.
No existe un único responsable de esta tendencia, la externalización de los servicios, que permite delegar a una segunda empresa gestora el trámite de las nóminas, y a otras la formación de los trabajadores (si es que la hay), ha dado pie al comienzo de la muerte del alma de los RRHH.
Ya no existe un departamento o persona mediadora entre los empleados y el empresario (supuesto empleador), ya que la función empleadora la realizan los RRHH y, en ocasiones, también se delega en ellos la capacidad de decidir quién va a formar parte de la plantilla, quien la va a abandonar o quién va a recibir una subida o bajada de salario. Unos recursos que, en definitiva, no parecen muy humanos.
La era del terror
Desde la creación del término RRHH en 1893 hasta nuestros días, éste ha ido creciendo, desarrollándose y cambiando en dependencia de las tendencias empresariales y laborales.
A pesar de que aun existen empresas con un loable desempeño en RRHH, lo más habitual es que la trasmutación de los RRHH, a lo largo del tiempo, haya desembocado en el régimen del terror.
Desde una perspectiva de melancólica reminiscencia, este fenómeno inspira desconsuelo.
El cambio del concepto de RRHH a lo largo de los años ha dado lugar a empresas en las que la expresión “te han llamado de RRHH” es el comienzo del terror, porque algo negativo va a suceder a continuación.
Los RRHH ya no se encargan de las nóminas, ya que el servicio se ha externalizado. Tampoco ponen atención en la formación, de la cual se encarga otra empresa. ¿Qué hace pues el departamento de RRHH? En muchas empresas los trabajadores no lo tienen muy claro.
Únicamente saben que cuando son llamados desde ese departamento es para finiquitar su contrato laboral o para determinar que no les conceden las vacaciones cuando las solicitaron. Se ha abierto así la era del terror de los RRHH.
Como se ha comentado, por suerte, no siempre ocurre así, aunque la tendencia parece ir en aumento. En este sentido cabe reflexionar sobre la verdadera funcionalidad del departamento de RRHH y esperar a que este fenómeno sea solo una corriente temporal y que el alma de los recursos dirigidos a los humanos regrese a las empresas.
RRHH es un departamento que debe ser conducido por profesionales con formación en psicología y en ciencias empresariales. Estoy de acuerdo en que el desempeño del departamento de RRHH de muchas de las empresas existentes ha ido degenerando con el paso del tiempo. Respecto a la contratación de personal, me parece ridícula la gran influencia que ha alcanzado la imagen pública (facebook, instagram, videocurrículum, etc) de los posibles candidatos a un puesto, ya que a través de las redes cada uno muestra lo que le interesa (se lleva mucho el aparentar), y aunque no fuera el caso, tampoco me parece que esté bien andar husmeando en la vida privada de las personas por parte de la empresa. Me ha parecido un excelente artículo, al igual que los demás publicados en la página. Mis felicitaciones a la redactora.