30/05/2023

Mitos sobre el BDSM

Mitos y leyendas de ayer y hoy

Hoy, 24 de julio se conmemora el Día Internacional del BDSM y, como no podía ser de otra forma, dedicamos un artículo a esta práctica sexual que aún hoy está rodeada de falsas creencias y mitos.
Así que, previamente a meternos en materia, a todos los practicantes, curiosos y a aquellos interesados en la sexualidad es general y en el BDSM en particular: ¡feliz día del BSDM!

¿Por qué BDSM y por qué 24 de julio?

Como se ha comentado, el 24 de julio es el Día Internacional del BDSM. ¿Casualidad? No lo creo.

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Las siglas BDSM corresponden a Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo y que se celebre un 24 de julio no es mera coincidencia. El 24 de julio (24-7) hace referencia a la práctica del denominado 24/7, muy habitual en el BDSM y que consiste en una relación de dominación/sumisión que se extiende todo el tiempo del día todos los días, es decir 24 horas y 7 días a la semana.

Mitos y creencias falsas sobre el BDSM

El BDSM es una práctica extendida (más allá de lo que parece) desde hace siglos y actualmente popularizada por determinadas novelas y/o largometrajes que, como ficción que son, poca parte de realidad y verdad contienen.

Esto provoca que alrededor de esta práctica haya una serie de mitos que ensombrecen o distorsionan la realidad del BDSM. Algunas de las principales falsas creencias sobre esta práctica, que están más extendidas son:

MITO 1: El rol dominante lo ejerce el hombre y la mujer ejerce el papel de sumisa. ¡Falso! Tanto la mujer como el hombre pueden ejercer el rol dominante o de sumiso/a. el género o sexo de cada persona es independiente del rol que asuma.

MITO 2: Las parejas que adoptan un rol de dominante o sumiso lo trasladan a todos los ámbitos de su vida y convivencia en pareja. ¡Falso! Independientemente del 24/7, una pareja puede adoptar estos roles en el momento que deseen y siempre de modo acordado y consentido. Lo más frecuente es que la práctica se limite a efectos de alcoba.

MITO 3: Practicar BDSM es peligroso, ya que se le puede hacer daño al otro. ¡Falso! La práctica del BDSM tiene siempre que cumplir la norma SSC (Safe, Sane and Consensual), es decir, tiene que ser seguro, sensato y consensuado. Cualquier otra práctica que no cumpla estos criterios no corresponde al BDSM. Para ello, existen una serie de contratos de sumisión/dominación que garantizan el consenso y códigos de seguridad que garantizan la seguridad, como su nombre indica.

MITO 4: El BDSM es una conducta sexual abusiva, en la que una persona sádica se aprovecha de otra persona masoquista con un evidente problema mental y sexual. ¡Falso! Como se ha comentado, el BDSM es consensuado y no hay abuso alguno por ninguna de las dos partes.

MITO 5: El sumido debe consentir y aguantar todo aquello a lo que el dominante lo somete. ¡Falso! Todas las prácticas que se incluyen en el BSDM son consentidas por ambas partes. Es necesario entender que la finalidad es la satisfacción y el disfrute de ambas partes.

MITO 6: Las personas que practican BDSM tienen que usar cuero, látex y otros complementos sexuales. ¡Falso! El BDSM se puede practicar como a cada cual más le plazca. Cierto es que el uso de cuero y látex suele ser un complemento común, así como diferentes complementos sexuales, pero no se trata de algo imprescindible.

MITO 7: Las personas que practican BDSM tienen un trastorno mental, algún trauma no resuelto o sufren una parafilia. ¡Falso! El BDSM no es una práctica sexual desviada, a pesar de que el DSM-V siga incluyendo en su criterio diagnóstico el trastorno de fetichismo, travestismo, masoquismo sexual y sadismo sexual. Recordemos que no hay trastorno como tal si la vida diaria, laboral, familiar y/o social no está afectada y que no se cause un sufrimiento patente en uno mismo o en otro u otros.

MITO 8: A la persona con rol de sumiso le gusta sentir dolor, es un masoquista y al dominante le gusta infringirlo. El dolor, por consiguiente es inherente a la práctica del BDSM. ¡Falso! La humillación es un ingrediente más que puede o no utilizarse en la práctica del BDSM, al igual que infringir dolor, pero siempre y cuando todas las partes implicadas estén de acuerdo con ello. Hay personas a las que el dolor no les agrada, aunque sea leve, y practican BDSM.

Esperamos que con este artículo se desmientan algunos de los principales mitos sobre el BDSM. No obstante, como ocurre con temas de similar índole, las falsas creencias tienden a rodearlos y por ello la importancia de la información objetiva al respecto.

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