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Muñecos que nos dan miedo: Fenómeno del Valle Inquietante. Parte 1: ¿Qué es?
El rechazo que se produce a este tipo de imágenes no es debida a una fobia, se trata de un fenómeno psicológico natural denominado Valle Inquietante.
Alguna vez en nuestra vida hemos visto un muñeco o una imagen de uno que nos ha resultado aterradora o, cuanto menos, repulsiva.
Si desea conocer más sobre este fenómeno, continúe leyendo.
No se trata de una fobia
Hay personas que tienen una serie de fobias específicas. Es el caso de la denominada pediofobia, que es la fobia a muñecos, maniquíes o robots.
Si desea conocer más sobre fobias, pinche aquí.
Pero hay muñecos que crean un rechazo natural en las personas sin la necesidad de que tengan ninguna fobia.
Se trata de una reacción natural y universal que se produce al visualizar un muñeco, una imagen animada, un robot o un maniquí, cuando esta cumple una serie de características.
Esto ocurre cuando el objeto en cuestión tiene una forma humanoide que se acerca excesivamente al aspecto y/o al comportamiento humano, pero que no termina de ser del todo fiel al mismo.
La visualización de algo que parece muy humano, pero que evidentemente no lo es, provoca en las personas una reacción de rechazo denominada Valle Inquietante.
Esta reacción no es un trastorno y en nada tiene que ver con la fobia a los muñecos. Se trata de una respuesta natural que les ocurre a todas las personas.
Ese keko da miedito
Todas las personas han visualizado una imagen de un muñeco o similar que da repelús. Es común, de hecho, que algunos niños tengan miedo de un muñeco en concreto. En estos casos, no hay, como se ha comentado, ningún trastorno subyacente. Es una respuesta natural humana.
A pesar de que este fenómeno es universal, no todas las personas tienen la misma percepción del fenómeno, ya que se trata de algo subjetivo.
Por ello, hay personas a las que el fenómeno del Valle Inquietante les ocurre con muñecos o imágenes diferentes a otras personas. Asimismo, hay personas más o menos sensibles a este fenómeno.
Un ejemplo sería el siguiente:

Fuente: https://noticias.canalrcn.com/internacional-mundo-curioso/miguel-vasquez-el-artista-hace-los-munecos-animados-una-aterradora
Es innegable que esta imagen da bastante repelús. Se trata de una recreación humana del simpático personaje televisivo Homer Simpson. El personaje de dibujos animados (dibujado arriba a la izquierda en la imagen) no trasmite en absoluto repulsión, ya que no es lo suficientemente humano (es de color amarillo, tiene cuatro dedos, ojos sin párpado y unas líneas que hacen de pelo…), pero si se humaniza dejando los rasgo caricaturescos del dibujo original, el resultado es grotesco.
Este producto de recreación humanoide malograda provoca en las personas el fenómeno del Valle Inquietante.
Para anular el mismo, sería necesario que el resultado humanizado del señor Homer sea más humano. Por ejemplo, algo así:

Fuente:
Esta recreación, a pesar de seguir siendo amarilla, es mucho más humana, por lo que el fenómeno del Valle Inquietante no se produzca.
¿Por qué Valle Inquietante?
Hasta el nombre del fenómeno descrito resulta turbador, pero tiene un sentido. Fue un experto en robótica, Masahiro Mori, quien acuñó este término en primer lugar inspirándose en escritos y ensayos sobre psicología como “Lo siniestro” de Freud o la “Psicología de lo inquietante” de Ernst Jentsch.
El término “Valle” hace referencia a la curva que adopta el fenómeno gráficamente:

Teóricamente, cuanto más se acerca a lo humano un muñeco o robot, más sería la aceptación del mismo por las personas. Pero en la realidad no ocurre así.
Si el muñeco tiene forma humanoide, pero no es claramente un humano, la aceptación es buena.
Es el caso de C3p2: Tiene cuerpo y cara humanoides pero se aprecia que no es en absoluto un humano:

Pero cuando la figura humanoide se va pareciendo más a un humano sin serlo del todo, la aceptación (la línea verde en el gráfico) sufre un descenso, es decir, hace un valle y de ello el nombre de “Valle Inquietante”.
Es el caso de Alita, que no es del todo humana, pero muy parecida, y da mucho repelús:

Conforme la imagen del muñeco se va pareciendo más a los humanos, la línea de aceptación vuelve a subir.
Es el caso de Terminator que, a pesar de ser un androide, tiene una apariencia totalmente humana:

Este fenómeno no solo es una curiosidad psicológica, sino que tiene una gran utilidad en la industria del marketing y lo audiovisual.
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