
Ataraxia ¿Felicidad o un paso hacia la abulia? Ataraxia y Abulia, en este artículo le explicamos de qué se trata.
Es indudable que atravesamos y vivimos en la era emocional. No ha habido un momento en la historia de la humanidad en el que se le haya prestado tanta importancia a las emociones como lo hacemos actualmente.
¿Es esto adecuado? En el presente artículo trataremos las emociones y cómo estas afectan a nuestras vidas.
Las emociones como parte de nosotros
Las emociones forman parte de nosotros, son algo inherente al ser humano y nos acompañan desde que nacemos hasta que morimos.
Este tipo de sentimientos determinan nuestro estado de ánimo y nuestro modo de comportarnos.
En función de la sociedad en la que nos encontremos, las emociones juegan un papel u otro. De este modo, algunas culturas tienden a ocultarlas mientras que, en otras, es correcto ponerlas de manifiesto.
¿Qué son las emociones?
Las emociones pueden ser descritas de modo poético como turbaciones del alma, vibraciones del corazón o como inquietudes o exaltaciones del ánimo, en función de qué emoción se trate o de qué efecto cause en cada persona. Pero estas descripciones bucólicas no corresponden sino a cambios químicos cerebrales, que provocan uno u otro efecto en nosotros. Puede que, de este modo, todo el romanticismo derivado de lo emocional se rompa al pensar que únicamente se trata de un proceso físico y químico cerebral.
Lo que es indiscutible es que cada persona siente cada emoción de modo propio, individual e intransferible, y que estas son percibidas como negativas, causando dolor, o positivas, causando, por el contrario, alegría o entusiasmo. En este último caso, las personas acusan felicidad, al experimentar estas emociones que se perciben como positivas.
En este sentido, cabe preguntarse si alguien que carezca o posea pocas emociones negativas y muchas positivas es más feliz que alguien que experimente el proceso contrario. Y es aquí donde entra en juego el concepto de ataraxia.
¿Qué es la ataraxia?
La ataraxia se define como un estado de ánimo que se caracteriza por la tranquilidad y la total ausencia de deseos o temores.
Este término se acuñó en la Grecia helénica y significaba “ausencia de turbación”. Muchas corrientes filosóficas como el epicureísmo, el estoicismo o el escepticismo señalaban esta condición como la clave para la felicidad. Actualmente, este tipo de idea es compartida por corrientes filosóficas y/o religiosas como el budismo.
De este modo, si no desease ni anhelase nada, ni tampoco le preocupase o molestase nada, una persona sería por completo feliz. Se trata de un estado de emancipación y de completa libertad. Nos libra de ataduras como miedos, con otras personas o con situaciones a las que estamos apegados.
¿No es contrario esto al auge emocional que actualmente está en boga? No necesariamente. La ataraxia no consiste en reprimir las emociones, ni en esconderlas. Tampoco se trata de convertirse en una persona fría y calculadora, sino vivir las situaciones bajo una perspectiva y estado en el que éstas no sean capaz de dominarnos o perturbarnos.
Se trata, pues, de una gestión emocional y, evidentemente, saber gestionar las emociones es un factor primordial para ser felices.
La ataraxia, pues, es un estado en el cual la frustración no tendrá cabida, en la que prima la sensación de tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad. Atractivo, ¿cierto?
El límite entre la ataraxia y la abulia
El estado de tranquilidad que ofrece la ataraxia elimina la mayor parte de las emociones negativas, todas aquellas que nos dañan, lo cual posee un potente encanto. Pero hay que considerar que todo tiene su valía y, por consiguiente, su lado no tan positivo. La ataraxia no se limita a eliminar las emociones que se perciben como negativas, sino también aquellas intensas que percibimos como positivas.
En el primer caso, en el que se eliminasen las emociones negativas, la idea de no sentir nada desfavorable puede parecer, como se ha comentado, altamente atrayente. ¿Pero es eso positivo? Regulero.
El ser humano necesita experimentar habitualmente este tipo de emociones para su desarrollo, tanto biológico como personal. Las emociones que se perciben como negativas nos recuerdan que no se debe cometer el mismo error, huir de aquello que nos hace daño y, en definitiva, experimentar la vida. El sentimiento de frustración no es nocivo, lo perjudicial es no tener capacidad para tolerarlo. Este tipo de emociones son necesarias, no en vano disfrutamos de dramas literarios y cinematográficos de modo continuo.
En el segundo caso, nos encontramos en un estado en que las emociones altamente positivas quedarían igualmente eliminadas. A nivel de tranquilidad vital también puede ser una idea seductora, pero consideremos que esto minimizaría nuestra capacidad de amar y de motivarnos, por ejemplo. Únicamente debemos recordar la ilusión que de niños nos hacían determinadas cosas, como los regalos navideños, o cómo sentíamos la música en la adolescencia. Estas emociones intensas se perdieron y ya, en la edad adulta, resultan imposibles de recuperar, por mucho que se desee, debido al cambio neuroquímico que ocurre en nuestro cerebro a lo largo del ciclo vital.
Por otro lado, se nos plantea la cuestión de caer en la completa desidia, como ocurre en los casos de abulia.
¿Qué es la abulia?
La abulia es un estado propio de muchos trastornos del estado de ánimo que se caracteriza por un embotamiento o estancamiento emocional que provoca una falta de voluntad o de energía para hacer algo o para moverse. Este estado es descrito como negativo para todo aquel que lo experimente, ya que cosas o situaciones que antes le agradaban o que le ilusionaban han perdido esa condición.
Las emociones nos mueven, nos motivan, nos dan energía, alteran nuestro comportamiento y, en definitiva, afectan a nuestro modo de percibir y vivir.
¿La ataraxia es positiva o negativa?
La ataraxia en sí, al contrario de la abulia que es altamente dañina, no es negativa ni positiva. Es un modo de afrontar los diferentes acontecimientos vitales sin exceso de apego.
La diferencia más significativa entre la ataraxia y la abulia es que la primera es elegida y la segunda una condición obligada que surge de un trastorno. La ataraxia es vulnerable a revertirse, pero no la abulia.
La ataraxia, pues, es una filosofía, un modo de gestión emocional basado en el desapego y útil para algunas personas, pero no para todas.
Como siempre ante un problema emocional le recomendamos la ayuda de un profesional de la psicología.
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