28/09/2023

Te quiero… te quiero… te quiero decir que te quiero. Parte 6: Cómo ser más asertivo con la pareja

La asertividad en la pareja

La asertividad es todo modo de actuar que implique que la resolución de una determinada situación conflictiva sea satisfactoria tanto para uno mismo como para el resto de los involucrados en la misma. Por ello, en la relación de pareja, ser asertivo resulta de gran utilidad para la comunicación.

¿Cómo ser asertivo en la pareja?

Como se ha comentado, el mero hecho de no ser pasivo ni agresivo forma parte de ser asertivo. No obstante, en lo que respecta a comunicación de pareja, se pueden utilizar varias pautas para mejorar la asertividad. Algunas de ellas son:

•    Haz preguntas. Si no entiendes una conducta o un comentario, no supongas, no acuses y no interpretes. Pregunta.

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•    Haz críticas, pero sin ser agresivo. Las disconformidades se puede manifestar sin la necesidad de increpar ni acusar, es decir, siendo asertivo. Para ello se debe expresar el motivo de la disconformidad, cómo esta situación le afecta a uno mismo (para que el otro se dé cuenta de tu punto de vista) y proponer otro modo de hacer lo mismo u otra alternativa.

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•    Verbaliza sus cualidades y agradece. La rutina de la vida en pareja provoca que ciertas conductas se entiendan como habituales y, por consiguiente, pierdan valor. Asimismo, es frecuente que se crea erróneamente que el otro tiene una serie de obligaciones con respecto a su pareja. Estas ideas y comportamiento suponen un obstáculo en la relación de pareja en general y en la comunicación en particular. Por ello, es conveniente prestar atención a las cualidades del otro y a las conductas que nos agradan. Además, es adecuado que se verbalice, para que el otro sepa que se le agradece o que se le admira por algo. También es conveniente que se den las gracias, ya sea por algo que el otro hace o cuando se recibe un cumplido.

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•    Escucha. El silencio que se produce al escuchar también forma parte de la comunicación. Es importante que se escuche al otro y darle muestras de que se le está escuchando. En este sentido, se puede asentir con la cabeza o realizar pequeñas afirmaciones cuando el otro relata algo. Sentirse escuchado proporciona desahogo y sensación de que alguien nos apoya. Escuchar, a su vez, es una (silenciosa) muestra de afecto.

•    Se empático. La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Es conveniente que se trate de entender la postura del otro y cómo se siente ante determinadas situaciones. Esto será de utilidad para solucionar problemas y para lograr un entendimiento mutuo ante los conflictos. Hay que recordar que, en la mayor parte de las ocasiones, las personas no actúan mal a cosa hecha, sino porque se equivocan o porque no saben hacerlo de otro modo. Ponerse en el lugar del otro ayuda a entender el porqué ha ocurrido un conflicto o el porqué el otro se siente mal.

•    Controla tu enfado. Son muchas las ocasiones en que una determinada situación, un problema laboral, un problema físico o el mismo cansancio tras la jornada, produce irritabilidad y mal humor. Esto hace que nuestro discurso pueda ser más agresivo. Es importante ser conscientes de que el otro no es el culpable de nuestro estado y que contestaciones subidas de tono o malas contestaciones son elementos sobrantes. Por ello, si se está en un estado irritable debe evitarse un lenguaje inadecuado y, en los casos en los que no se quiera hablar, expresarlo. Si ocurriese que se ha sido desagradable con la pareja, una solución simple es pedir disculpas y explicar la razón (siempre recordando que hay que evitar estas situaciones, ya que realizarlas continuamente y pedir perdón por ello continuamente hacen que las disculpas pierdan su validez).

Estas pautas, al igual que la evitación de comportamientos agresivos y pasivos en la relación, son un primer paso para mejorar la comunicación en pareja. No obstante existen circunstancias en las que estas estrategias no son suficientes y en las que el entendimiento en la pareja puede ser difícil y provocar continuos conflictos. En estos casos, lo más adecuado es acudir a un profesional que dote a la pareja de estrategias útiles de comunicación y adaptadas a cada caso en concreto, dependiendo de los problemas que manifiesten. Una mala comunicación en la pareja, por consiguiente, no tiene que suponer una ruptura de la misma, puesto que existen soluciones y métodos alternativos para solucionar este tipo de problemas.

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