
Mobbing es la palabra que se utiliza para denominar la violencia y el acoso (físico o psicológico) en el trabajo.
El término violencia referencia la acción de utilizar la fuerza para conseguir un determinado objetivo, para dominar a alguien o para imponer algo. Es frecuente presenciar escenas de violencia en televisión o escuchar o leer sucesos de agresiones o asaltos relacionados con la violencia. Pero la violencia no se reduce a una acción física, las agresiones verbales y el acoso también son una forma de violencia.
La violencia, sea de la naturaleza que sea, está presente en numerosos entornos y el trabajo no queda libre de la misma. Son muchas las personas que han sufrido o sufren de violencia y acoso en el lugar donde ejercen su actividad profesional, situación no sólo desagradable, sino devastadora.
En el presente artículo se tratará el concepto de violencia y acoso laboral, lo que viene a ser, en definitiva, el mobbing.
¿Qué es la violencia en el trabajo? Concepto de acoso moral y mobbing
Por violencia en el trabajo se entiende toda aquella situación en la que se abusa de una persona, se la amenaza o se la agrede, y que pone en peligro su seguridad, su salud, su bienestar o su rendimiento laboral. La violencia en el trabajo es un problema de seguridad y salud laboral y se debe considerar como tal.
De este modo, acciones tales como insultos, amenazas o agresiones físicas o psíquicas ejercidas por personas externas o internas a la organización contra una persona en el trabajo se consideran violencia.
El acoso moral, por tanto, es una forma de violencia. En este sentido, se puede afirmar que se está produciendo acoso moral cuando se origina un comportamiento irracional repetitivo con respecto a un empleado o a un grupo de empleados, que constituye un riesgo para la salud y la seguridad.
En este contexto, se entiende por “comportamiento irracional” aquel que una persona razonable consideraría como injusto, humillante, degradante o amenazante. Asimismo, el “riesgo para la salud y la seguridad” se refiere al peligro para la salud mental y física del empleado.
El acoso moral puede implicar ataques verbales y físicos, conllevando violencia tanto física como psicológica, así como acciones más sutiles, como la denigración del trabajo de un compañero o el aislamiento social a nivel laboral. Suele constituir un mal uso o un abuso de autoridad, y sus víctimas pueden tener problemas para defenderse.
El acoso moral en el trabajo se denomina mobbing y son muchas las personas que lo han sufrido o lo sufren.
En este sentido, el mobbing se define como: “Un comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e inferiores jerárquicos, a causa del cual el afectado/a es objeto de acoso y ataques sistemáticos, durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, con el objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío” (Comisión Europea, 2001).
En psicología, el término “mobbing” hace referencia a una situación en la que una persona, o grupo de personas, ejercen un conjunto de comportamientos caracterizados por una violencia psicológica extrema, de forma sistemática (al menos una vez por semana), durante un tiempo prolongado (más de seis meses) sobre otra persona en el lugar de trabajo.
¿Cómo surge el mobbing?
El mobbing fue estudiado por primera vez por el etólogo Honrad Lorenz, el cual observó el comportamiento de determinadas especies animales constatando que en ciertos casos los individuos más débiles del grupo se aliaban para atacar a otro más fuerte.
Este término inglés puede traducirse al castellano como acoso u hostigamiento, en este caso aplicado al ámbito laboral, para describir situaciones en las que un sujeto se convierte en blanco o diana del grupo al que pertenece, siendo sometido por éste o por alguno de sus miembros (con la permisividad del resto), a una persecución que le va a producir importantes trastornos en su salud, tanto física como psíquica, siendo necesario en muchos casos la asistencia médica y psicológica. El mobbing es la acción análoga al bullying pero que se desarrolla en el trabajo en lugar que en el centro escolar.
¿Por qué ocurre?
En ocasiones, la violencia en el trabajo no suele ser algo personal. No obstante, puede venir provocado por un componente racial o sexual.
Por lo general, un acto de violencia se deriva de una situación en que existe una presión o tensión reprimida muy alta, y donde hay cuestiones personales en juego. Los conflictos que no han sido resueltos de forma apropiada pueden terminar de forma violenta debido, obviamente, a una deficiente comunicación laboral.
Frecuentemente estos conflictos surgen entre los trabajadores hacia uno o varios compañeros y, en otras ocasiones, se producen por personas externas al trabajo, como es el caso de sectores como la enseñanza, la sanidad y los servicios públicos, que suelen ser más susceptibles que otros a la violencia porque los agresores los perciben como representantes de la institución o del sistema.
Aunque las causas del problema pueden ser de distinta naturaleza, en muchas ocasiones se centran en torno a aspectos relacionados con la organización del trabajo y la gestión del conflicto por parte de los superiores jerárquicos. El objetivo de los acosadores laborales es anular totalmente a su víctima para conseguir a medio o largo plazo que abandone la empresa, escindiendo para ello su capacidad de comunicación y de interacción con los compañeros, rebajando sus responsabilidades y dirigiendo contra él críticas y mentiras infundadas de su actividad laboral e incluso acerca de su vida particular. El resultado es demoledor ya que la persona objeto de acoso pierde su autoestima, ve mermadas sus capacidades profesionales, sus relaciones personales en el entorno laboral y se autodestruye moralmente.
Según el profesor Iñaki Piñuel, de la Universidad de Alcalá de Henares el acoso laboral “tiene como objetivo intimidar, apocar, reducir, aplanar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima, con vistas a eliminarla de la organización o a satisfacer la necesidad insaciable de agredir, controlar y destruir que suele presentar el hostigador, que aprovecha la situación que le brinda la situación organizativa particular (reorganización, reducción de costes, burocratización, cambios vertiginosos, etc.) para canalizar una serie de impulsos y tendencias psicopáticas”.
De este modo, en el mobbing participan una serie de acosadores que ponen en funcionamiento una maquinaria demoledora por distintas razones, entre las que se encuentran los celos, la envidia, etc. (no sólo centrada esta última sobre los bienes materiales de la víctima, sino sobre las cualidades personales positivas de la misma, como puede ser su inteligencia, su brillantez personal, su ecuanimidad, etc.).
También es habitual que los ataques se produzcan porque la víctima tenga ciertos rasgos diferenciales respecto al resto del grupo, como, por ejemplo, el color de su piel o alguna característica física que es aprovechada por el acosador para ensañarse con ella.
Nos encontramos ante un tipo de agresión extremadamente sutil y perversa, puesto que se trata de un comportamiento premeditado, que se ejecuta según una estrategia minuciosamente preconcebida con un objetivo claro y concreto: la anulación de la víctima.
A continuación se incluye un video que ejemplifica el mobbing en la película El beso del vampiro:
El mobbing puede considerarse como una forma característica de estrés laboral, que presenta la particularidad de que no ocurre exclusivamente por causas directamente relacionadas con el desempeño del trabajo o con su organización, sino que tiene su origen en las relaciones interpersonales que se establecen en cualquier empresa entre los distintos individuos. Así, el mobbing es una forma extrema de interacción social negativa en el trabajo que presenta la característica de ser un conflicto asimétrico entre las dos partes, donde la parte hostigadora tiene más recursos, apoyos o una posición superior a la del trabajador hostigado. Otra de las particularidades de este tipo de procesos es que el afectado percibe que sus hostigadores tienen la intención explícita de causarle daño o mal, lo que convierte a la situación en especialmente estresante.
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