
El concepto de inteligencia es conocido por todos. Normalmente se atribuye esta característica a muchas personas como si se tratase de un rasgo. Pero, ¿qué hace a una persona inteligente?
En el presente artículo trataremos este tema.
¿Qué es la inteligencia?
La inteligencia se define como la capacidad de percibir o inferir información, y retenerla como conocimiento para aplicarla a comportamientos adaptativos dentro de un entorno o contexto.
Este concepto abarca factores tales como la capacidad de lógica, la comprensión, la autoconciencia, la capacidad de aprendizaje, el conocimiento emocional, el razonamiento, la planificación, la creatividad, el pensamiento crítico y la capacidad de resolución de problemas.
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¿Se nace siendo inteligente o se vuelve alguien inteligente?
La aparición de la inteligencia no se determina por un único elemento, sino que intervienen varios factores que provocan su manifestación y avance. De este modo, nos encontramos que hay una gran parte de inteligencia heredada y otra parte que es desarrollada por cada persona. Así, nos encontramos con indicadores hereditarios, biológicos y ambientales.
–Indicadores hereditarios:
Con este tipo de factores nos referimos a la influencia del genotipo en el desarrollo de la inteligencia. En este sentido, se han identificado genes que influyen en el desarrollo de la inteligencia, pero no existe una relación lineal ni predeterminada que condicione a una persona genéticamente a ser más o menos inteligente. Determinadas patologías genéticas sí pueden alterar el desarrollo cerebral y, por consiguiente, afectar al grado de inteligencia.
–Indicadores biológicos:
Con este tipo de factores nos referimos a las condiciones orgánicas o fisiológicas que posee cada persona. Se conoce que existe una mayor o menor migración de densidad de neuronas especializadas en almacenar conocimiento desde el tronco encefálico hacia la corteza cerebral, que crea conexiones sinápticas más entrelazadas en los primeros meses de vida. Asimismo, determinadas condiciones personales, como trastornos neurológicos o metabólicos, pueden afectar al neurodesarrollo y, por consiguiente, a la inteligencia.
–Indicadores ambientales:
Se trata de todos aquellos factores relacionados con el aprendizaje de una persona y con su exposición al ambiente. Así, una persona que haya recibida más estimulación de uno u otro campo puede desarrollar más aptitudes en el mismo. Igualmente, los hábitos alimenticios, del estado de salud y la motivación de cada persona van a influir en el grado de su inteligencia.
De este modo, la inteligencia tiene parte heredada, parte desarrollada y parte aprendida. No obstante, aunque estos parámetros están descritos, aún queda muy inconcluso el concepto de inteligencia. En próximos artículos se abordará este tema desde otras perspectivas.
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Psicodifusión es editada por los psicólogos Paula Borrego y Juan Miguel Enamorado Macías
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