30/05/2023

¿Cómo sé si he tenido un orgasmo?

Lo primero es definir qué es un orgasmo

¿Cómo sé si he tenido un orgasmo?
¿Cómo sé si he tenido un orgasmo?

¿Cómo sé si he tenido un orgasmo?

La pregunta de “¿cómo sé si he tenido un orgasmo?” tiene una respuesta bastante recurrente: obviamente, si has tenido un orgasmo, sabes que lo has tenido. Esto puede ser evidente en el caso de los hombres, en los que el orgasmo está asociado a la eyaculación, pero no ocurre así en el caso de las mujeres y son muchas las que no tienen en exceso claro si han orgasmado o, simplemente, han experimentado un aumento del placer dentro de la relación sexual.

En el presente artículo veremos qué es un orgasmo y cómo saber si se ha experimentado.

¿Qué es un orgasmo?

Antes de introducir la cuestión de si se ha orgasmado o no, vamos a definir lo que es un orgasmo.

Un orgasmo (según Masters y Johnson) se define como: “la descarga repentina de la tensión sexual acumulada durante el ciclo de la respuesta sexual, resultando en contracciones musculares rítmicas en la región pélvica caracterizadas por el placer sexual”.

Leída esta definición, nos quedamos igual que previamente a su lectura. Una definición más simple es que el orgasmo es el clímax sexual o el pico más alto de placer tras la excitación.

Estas descripciones tampoco resultan ser muy precisas, puesto que cualquier mujer pude plantearse si la sensación experimentada es un orgasmo o se trata de un pico más alto de placer dentro de la relación sexual.

Si deseas saber más sobre el orgasmo femenino, visita el siguiente enlace:

¿Cómo sé que he tenido un orgasmo?

Las descripciones sobre el orgasmo pueden ser muy ambiguas si no existe una señal evidente del mimo como es la eyaculación. ¿Cómo saberlo entonces? Pues hay diferentes señales fisiológicas. En el caso del hombre es sencillo porque se acompaña de la eyaculación. Esto también les ocurre a muchas mujeres que eyaculan.

Pero en los casos en los que no hay eyaculación por medio podemos atender a otros parámetros como la sensación de liberación, una mayor lubricación vaginal, el placer genital se extiende por el cuerpo y se experimentan contracciones vaginales y en la zona del ano. Otra señal es que, tras el orgasmo, la zona del clítoris se vuelve altamente sensible (a los hombres les ocurre en el glande). Asimismo, muchas personas experimentan un enrojecimiento en la piel del cuello, pecho y/o cara que se denomina “rubor sexual”.

No obstante, cada persona experimenta el orgasmo de manera diferente y es imposible hacer una comparativa de modo objetivo.

En este sentido, señalar que el hecho de estar hipervigilante ante la consecución de un orgasmo, o preocuparse por si se va o no a experimentar, puede ser un impedimento, en sí mismo, para la aparición del mismo. Las preocupaciones, nervios, ansiedad o estrés no son buenas compañeras de cama.

Asimismo, centrarse en la consecución de un orgasmo a toda costa, o estar alerta analizando cada sensación, puede hacer que la experiencia sexual se estropee. Hay que tener en cuenta que el orgasmo no es un objetivo, ni una meta. El fin de la práctica sexual es pasarlo bien y no tener que lograr nada.


Psicodifusión es editada por los psicólogos Paula Borrego y Juan Miguel Enamorado

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