
El Síndrome de la Tourette o de Gilles de la Tourette (ST) es un trastorno del desarrollo neurológico que afecta a un rango que engloba entre el 0,4 % y el 3,8 % de los niños de 5 a 18 años, siendo cuatro veces más frecuente en niños que en niñas.
En el presente artículo se tratará esta patología no en exceso conocida a pesar de su no tan escasa incidencia.
¿Qué es el Síndrome de la Tourette? ¿Es una enfermedad?
El Síndrome de la Tourette o de Gilles de la Tourette (ST), no es una enfermedad, se trata de un trastorno del desarrollo neurológico que el DSM V engloba dentro del grupo de los trastornos de tics.

El manual diagnóstico CIE define el Síndrome de la Tourette como un trastorno de tics múltiples motores y fonatorios combinados, que se presentan o se han presentado tics como motores múltiples y uno o más tics fonatorios, no siendo necesario sin embargo que se hayan presentado conjuntamente. El comienzo casi siempre es en la infancia o en la adolescencia. Son frecuentes antecedentes de tics motores antes de que se presenten los tics fonatorios. Los síntomas suelen empeorar durante la adolescencia y es habitual que la alteración persista en la edad adulta. Los tics fonatorios suelen ser complejos, en forma de vocalizaciones explosivas reiteradas, carraspeos, gruñidos y la utilización de palabras o frases obscenas. En ocasiones se añade una ecopraxia de los gestos (es decir, la repetición involuntaria de los movimientos observados en otra persona) que puede ser también de naturaleza obscena (copropraxia). Los tics motores y los tics fonatorios pueden ser suprimidos voluntariamente durante cortos períodos de tiempo, exacerbarse durante situaciones estresantes, y desaparecer durante el sueño.
Este trastorno no es categórico, sino que existen muchos grados de aparición, desde leve hasta severo, y los síntomas presentan grandes diferencias entre las personas que lo padecen.
El Síndrome de la Tourette se puede manifestar desde leve hasta severamente
¿Qué causa el Síndrome de la Tourette?
No se conocen las causas del el Síndrome de la Tourette, aunque las investigaciones actuales apuntan a que, posiblemente, haya factores genéticos asociados.
Las causas del Síndrome de la Tourette no son conocidas
¿Cuáles son los síntomas?
El principal síntoma del Síndrome de la Tourette, o al menos el más llamativo (para algunos padres, alarmante), es la aparición de tics en la primera infancia, generalmente entre los 7 y 10 años, aunque la edad puede variar. Algunos de los tics más frecuente son:
• Empujar con los brazos.
• Parpadeo de los ojos.
• Saltar.
• Patear.
• Aclaración de la garganta o aspiración de aire por la nariz en forma repetitiva.
• Encoger los hombros.
Estos tics pueden aparecer varias veces durante un mismo día y en ocasiones mejoran o empeoran en su frecuencia en algunos momentos del día concretos o según determinadas circunstancias, como el estrés o la ansiedad. Es posible que los tics cambien o desaparezcan durante un tiempo y que posteriormente aparezcan de nuevo. Por lo general, los tics suelen minimizarse o desaparecer durante el sueño.
Otro síntoma llamativo del Síndrome de la Tourette es lo que se denomina “cropolalia”, que consiste en la utilización de términos escatológicos, vulgares, obscenos o frases inapropiadas. Este síntoma, sin embargo, no suele ser muy frecuente.
¿Se nace con Síndrome de la Tourette o se adquiere?
El Síndrome de la Tourette no se adquiere (es decir, no se contagia, ni se desarrolla debido a factores externos o similar). Se trata de una patología congénita (es decir, presente al nacer) aunque los síntomas (tics, principalmente) aparecen en la primera infancia y no en el neonato.
El Síndrome de la Tourette es congénito
¿Es grave o peligroso el Síndrome de la Tourette? ¿Cómo afecta a la salud?
Dado que el Síndrome de la Tourette suele aparecer en la primera infancia, muchos padres se alarman enormemente, ya que la principal manifestación son los tics, que son conductas muy llamativas. Sin embargo, el Síndrome de la Tourette no es una patología neurodegenerativa ni afecta a la esperanza de vida, es decir, que no es ni grave ni peligroso y que no entraña ningún tipo de problema para la salud.
Asimismo, el Síndrome de la Tourette no repercute en las habilidades cognitivas de la persona, es decir, que no afecta a la inteligencia. De hecho, estadísticamente las personas con Síndrome de la Tourette suele tener una inteligencia media o superior a la media. No obstante, es posible que debido a los tics el niño tenga problemas de atención y, consecuentemente, de aprendizaje.
Los problemas con más relevancia que están asociados al síndrome son la presencia de tics, que puede llegar a ser molesto o estigamtizante para el niño, y la gran comorbilidad con otro tipo de trastornos.
Con respecto a los tics, estos suelen empeorar en la preadolescencia o en la adolescencia.
-Trastornos del control de impulsos (comerse las uñas, control de la ira, etc.).
-Comportamiento impulsivo.
-Trastorno obsesivo-compulsivo.
Asimismo, el hecho de padecer tics puede provocar que el niño no desarrolle con normalidad sus destrezas sociales, o que presente bajo estado de ánimo (o incluso depresión) y/o ansiedad.
¿Tiene cura?
El Síndrome de la Tourette no tiene una cura derivada de un tratamiento. No obstante, aunque se trata de una condición crónica, los tics se minimizan con la edad y suelen desparecer, en la mayor parte de los casos, cuando termina la adolescencia o en la edad adulta.
¿Existen tratamientos?
No existe un tratamiento único para el Síndrome de la Tourette, pero sí tratamientos específicos destinados a minimizar los síntomas o las patologías asociadas. Los más relevantes son:
-Para tratar los tics: Terapia cognitiva conductual. Este tipo de tratamiento no suele eliminar los tics por completo, pero puede minimizarlos.
-Para tratar patologías asociadas (TOC, depresión, ansiedad, etc.): Terapia psicológica específica para cada trastorno asociado.
-Para problemas de aprendizaje o atención: Vigilancia y apoyo escolar específico.
A nivel farmacológico, hay medicamentos que pueden minimizar los tics pero no son recomendables si el trastorno es leve, ya que los posibles efectos secundarios puede ser más nocivos que los tics en sí., No obstante, si el trastorno es severo y afecta en gran medida a la calidad de vida de la persona, los fármacos pueden ser una alternativa. Asimismo, en ocasiones es recomendable utilizar fármacos con el fin de tratar algunas de las patologías asociadas al trastorno, como el TOC, la depresión o la ansiedad.
Siempre me ha interesado el conocer más sobre esta patología, como es la vida de los niños que lo sufren, y también conocer qué es una patología que se puede decir que es genetica, quisiera que todas las personas pudieran conocer más sobre todas estas patologías y así saber qué hacer en un escenario así, porque es triste cuando una persona por ignorancia no entiende lo que el que padece esta patología está sufriendo, excelente post me quedo claro y entendí más sobre el síndrome de Tourette.