
La autoestima es un elemento muy importante en nuestras vidas y, por desgracia, no le prestamos la atención suficiente. Existen diferentes tipos de Autoestima.
Por lo general se hace referencia a la baja o alta autoestima sin conocer realmente qué es o en qué influye.
En el presente artículo se tratarán los diferentes tipos de autoestima que existen y cómo nos afectan.
Tipos de autoestima
Por lo general, nos referimos a que una persona tiene baja o alta autoestima. Pero se puede hacer una clasificación más específica sobre esto que nos ayude a entender qué tipo de autoestima es la nuestra.
Si quieres saber qué es la autoestima, visita el siguiente enlace:
Se registran cuatro tipos diferentes de autoestima (aunque yo incluyo un quinto o una subdivisión del primer tipo) que reflejan el modo en el que nos percibimos a nosotros mismos y actuamos ante los demás.
Los diferentes tipos de autoestima son:
Autoestima alta y estable
Autoestima alta e inestable
Autoestima baja y estable
Autoestima baja e inestable
Asimismo, existe otro tipo de autoestima que puede considerarse un subtipo de la autoestima alta y estable, que es la autoestima inflamada.
1. Autoestima alta y estable
Se trata de un tipo de autoestima elevada que no sufre cambios antes las diferentes situaciones vitales con las que se encuentra la persona.
Este tipo de autoestima se caracteriza porque no se ve afectada por las críticas ajenas. Estas críticas pueden ser aflictivas, puesto que a todo el mundo le duele que alguien a quien aprecien les reproche algún comportamiento, y las personas con autoestima alta y estable sienten igual que el resto. La diferencia es que, con este tipo de autoestima, o se interpreta que se trata de opiniones ajenas equivocadas o se reconoce que se ha cometido un error, sin que ninguno de estos dos aspectos influya en el modo que estas personas tienen de auto percibirse.
De esta manera, las personas con una autoestima alta y estable aceptan las críticas. En este sentido hay dos tipos de reacción: aquellos que, si reconocen que la crítica es cierta, lo aceptan, sin intentar defender su imagen o contradecir al otro. Asimismo, si consideran que la crítica no es correcta, no se desestabilizan al intentar exponer su propio punto de vista al respecto.
Si consideran que una crítica hacia ellos es correcta, lo interpretan como algo constructivo e intentan mejorar en ese aspecto.
Las personas con una autoestima alta y estable no le temen al fracaso. Si algo les sale mal, analizan la situación y le ponen soluciones, si las tiene. No temen a que algo no salga tal y como deseaban, y reconocen sus fallos y equivocaciones. No significa que no les importe que algo les salga mal, les afecta como a todas las personas. La diferencia es que, con este tipo de autoestima, no interpretan que ellos sean menos válidos o que este hecho los incapacite para intentar otro tipo de acciones. El modo en el que se perciben a sí mismos no cambia por muchos fracasos o frustraciones que padezcan.
Dentro de este grupo de autoestima alta y estable encontramos un subgrupo que difiere de las características generales de estos rasgos. Se trata de la autoestima inflamada.
Las personas con la autoestima inflamada también tienen la autoestima alta y estable, pero, a diferencia de las anteriores, no ceden ante el cambio tras recibir críticas, ya que siempre piensan que el otro está equivocado. Se trata de personas narcisistas que no escuchan ni tienen en cuenta las opiniones del resto. Suelen ser personas con un locus de control externo, a diferencia del resto de las personas con autoestima alta y estable, que presentan un locus de control interno.
Si quieres conocer más sobre el locus de control, visita el siguiente enlace:
La autoestima inflada también es propia de los psicópatas.
Si quieres saber más sobre los psicópatas, visita el siguiente enlace:
2. Autoestima alta e inestable
Se trata de personas que presentan una autoestima elevada pero que fluctúa, pudiendo bajar la misma según los diferentes tipos de situaciones a las que la persona se enfrente.
Así, las críticas afectan a la autoestima de la persona. Es decir, las críticas ajenas son aceptadas, pero influyen en su auto percepción, disminuyendo la misma.
Al igual que ocurre con las personas que presentan una autoestima alta y estable, en este tipo, si se considera que una crítica hacia ellos es correcta, lo interpretan como algo constructivo e intentan mejorar en ese aspecto. Pero, a diferencia de la autoestima estable, la autopercepción se daña.
Las personas con una autoestima alta e inestable también son vulnerables al fracaso. De hecho, es frecuente que teman errar en alguna iniciativa. Esto provoca que muchas personas que presentan este tipo de autoestima actúen de modo agresivo o pasivo ante conflictos.
Si quieres conocer más sobre los estilos de comportamiento, visita el siguiente enlace:
3. Autoestima baja y estable
Se trata de personas que tienen una baja autoestima y que la mantienen en ese nivel sea cual sea la situación a la que se enfrenten.
Cuando tienen un éxito no lo ven como propio o no le dan la relevancia que corresponde a su propio mérito.
Esto provoca que estas personas sean indecisas, inseguras y con miedo al fracaso. Es común que personas con personalidad victimista presenten este tipo de autoestima.
4. Autoestima baja e inestable
Se trata de personas que presentan, por lo general, una autoestima baja, pero que determinadas experiencias pueden elevarla puntualmente.
Son personas bastante influenciables por su entorno y susceptibles a la motivación. En el caso de tener un éxito, si son capaces de atribuirlo como propio, afecta positivamente a la autoestima, aunque, posteriormente, vuelven a presentar una autoestima baja.
Esto ocurre porque su autopercepción es errónea y creen que esa auto infravaloración es la percepción normal hacia ellos mismos.
Este tipo de autoestima también la presentan personas falsamente narcisistas, las cuales son muy susceptibles a las opiniones y críticas ajenas.
Por desventura, es el tipo de autoestima más comúnmente presente.
Es adecuado comentar que la autoestima no es un atributo con el que se nazca, sino que es una percepción que se va construyendo a lo largo de la vida, desde los primeros años de la niñez. Este aspecto tiene la ventaja de que la autopercepción puede cambiarse. De este modo, si se percibe un malestar debido a la autoestima, lo más adecuado es que se acuda a un profesional que proponga estrategias para mejorar la misma.
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Psicodifusión es editada por los psicólogos Paula Borrego y Juan Miguel Enamorado
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